La culpa de alguna canción.

21 de mayo de 2011
Quiero ser tu escenario, el libro que está bajo tu almohada,
la serie que ves el domingo en la tarde, el helado con el que la acompañas.
Quiero ser tu Cortázar y susurrarte el capítulo siete,
incluso llegaría a querer ser tu Coelho.
Ser tu cansancio, ser el pedazo de chocolate que guardas en tus cajones,
ser tu rabia, tu consigna, la canción que cantas bajo la ducha.
Quiero ser la pancarta que hiciste el fin de semana, el poema que escribiste
cuando te embargaba la pena,
la flor que guardas de un amor perdido,
tu chaqueta favorita para los inviernos,
el sombrero que compraste y jamás se lo mostraste a nadie,
la bufanda que se pierde cuando mas la necesitabas.
Ser tu botella de agua, el jugo natural de melón, el café en las noches de estudio,
tu libro de procesal, tu caculadora que parece un computador, tu delantal blanco, tu uniforme verde, tu ramo favorito y el que odias.
Quiero ser tus zapatillas rotas o el zapato que combina con tu cartera,
la canción que aprendiste cuando pequeña, la cuncuna amarilla, el tata colores,
incluso el príncipe azul que a escondidas decidiste esperar.
Quiero ser tu amigo invisible, tu compañero, tu diario de vida, algún instrumento que sepas tocar, la rabia y los gritos, tu locura, tu cordura, tu rareza, tu forma particular de hablar.
Quiero ser tu orgullo de ser mujer, tu fuerza y tu feminidad, la belleza de traer vida, ser tu coqueteo y tu indiferencia, tu bicileta favorita y también tu dieta.
Ser tu almohada, el vestido amarillo y el rojo, al primero que abrazas en año nuevo,
tus ganas de largarte a bailar, tu copa y tu vino, tu cerveza, tu orgullo de no tomar en vaso, tu risa, tu cara en la mañana, tus ojos sin pintar, tus piernas sin sol, tu pelo sin peinar, tu libertad.

1 Comentarios:

claü dijo...

y la culpa, escurre una noche solitaria
cual palabra que se encoge cuando la agarramos con los dientes
y rogamos a la cabecera que no la toque
esta la lengua, que desploma un edificio entero
y no existen sobrevivientes.

entonces, ¿cuándo se me amarra el lenguaje al cuello?
a ver si tus arterias no se corroen
cuándo me entierran en el cementerio
y no por vanidad ni deshonrra
si no por despecho
cuándo, cuándo, respondeme
cuándo abro la boca, para escupir estas perlas
que me ahogan sabiendome maldita, sabiendome ardiente en piras

cuándo.

más tarde, me tambalea, más tarde
retraídos tenemos que quedarnos ante tantas interrogantes
concomitados por ser una bobalina, y por ser un bobalicón

más tarde, entonces, quizás, probablemente
para que te agarre esta boca sedienta
a la sed que añoras
a ver no bebes
y queda el vacío de árido adiós sugerente.......


JULIO!