De perdido a encontrado

26 de febrero de 2018
(o el silencio perfecto viene contigo)

Todos los caminos llevan a Roma o a tu nombre
con la sublime crueldad de tu boca y tu aliento, tus manos, tus pechos y el mío
Asumiste con mi consentimiento, o quizás lo inventamos en un acuerdo con la mirada
que el tiempo y el espacio confabularon nuestro encuentro

Yo culpo al cansancio el haberme topado contigo
el hastío de llevar una vida con la mitad de lo que ambos podríamos ser y haber sido y seguir siendo

y quizás mis versos los completes tú,
que es a lo que te dedicas:

a leerme, a conocerme sin saber nada de mi, a poner las manos al fuego con la valentía de querer
enamorarse y las ganas, los saltos de fe, tu dios y los míos, los tuyos y los que no tengo,
el principio, lo rápido, no saber donde comienzan tus besos y comienzan los míos
porque no terminan cuando ya no estás y las entrañas siguen hirviendo

Y me parece bello no conocerte de repente y volver a hacerlo
con los 11 que nos persiguen lanzándonos sus bendiciones
y a fuerza del sentimiento secreto llegar a 45 y contando

Yo no temo a los te quiero, tus los deslizas despacio
yo me deslizo despacio cuando sabes lo que quiero
como un juego, como desear que la noche sean los años que vienen y recuperar el tiempo no tan perdido
que nos ha permitido encontrarnos.

Te agradezco el silencio
Cierta historia de amor recordada una noche
tu secreto
y el amor nuevo que trae nostalgia
Te agradezco los desayunos
las apuestas que pierdo
perderme en tus ojos y las lágrimas escondidas que se arrancan como un cliché

Yo te prometo recordarte las pastillas (viste que lo haría)
estorbarle a tu soledad disimulada
faltarse el respeto, romperte la ropa, robarte el sueño y compartirte mis pelos
regalarte la sonrisa que tengo en los ojos
comernos el mundo y prometerte de nuevo
la eternidad que sea y un bonito recuerdo.


Siempre avisarte recordarte abrazarte ilusionarnos







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