Sacado de "Entre el Ente y el Viaje" (Nunca fue mas que una edición)
La Despedida (o una cacha barata)
Ya no hay nada que decir, se acabó todo
están de más los llantos con sus artificios rastreros.
Sólo hay que guardar silencio y te das cuenta que eres una
especie de masoquista que evoca recuerdos
para que inconscientemente la nostalgia invada tu
entrepierna.
Hay que oponer resistencia, marcharse, huir despavorido
pero las hormonas son las más eficaces cadenas
y empiezan a llover culpas, lamentos, ya extrañas sus manos,
su pecho, las fogosas caricias que acabdas de rechazar.
Oyes, además de su llanto, como tus entrañas se retuercen
y dan cabida al horror de los horrores y te retractas,
los abrazos se repiten y entre ellos afloran las magníficas
características de la idealización, y entre roce y roce
comienzas a pensar que la excusa perfecta es una
última pa` la despedida...
A lo mejor la próxima semana nos volvemos a
despedir, te llamo...
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